jueves, 8 de noviembre de 2007

Un jubilado es el responsable de abrir y cerrar las puertas de la estación de renfe a diario.

La estación de tren de Soneja es el vivo ejemplo de la actitud decidida de un pueblo por no perder los servicios ferroviarios con los que siempre ha contado. En su amplia sala de espera, una veintena de fotografías recuerdan la llegada a esta estación del primer tren que circuló por la vía, cuando corría el año 1898.

Desde hace un tiempo ya no tiene funciones de estación, tan solo de apeadero, donde los trenes de cercanías paran, recogen los pasajeros y continúan su camino de hierro, pero no hay personal especializado e incluso se ha desmantelado la segunda vía que permitía el cruce de trenes.

Cuando Renfe decidió cerrar la estación y suprimir el personal a su cargo, el consistorio determinó retomar algunas de las competencias. El alcalde de Soneja, Benjamín Escriche, apuntó que desde el 2004 existe un convenio con la compañía cediendo al Ayuntamiento el edificio que "se encarga del mantenimiento, de la limpieza y del acondicionamiento de la instalación para que la gente, cuando llegue, vea un sitio que está en condiciones y de atractivo turístico; es una entrada al pueblo", dijo.

EL USO El primer edil comentó que desplazarse en tren sigue siendo la preferencia de muchos usuarios: "El servicio de cercanías no es el que tendría que ser porque estaría mejor que aumentara el número de trenes, pero los que hay se utilizan".

Desde hace años la estación de Soneja pasa por ser una de las que reúnen mejores condiciones en cuanto a entorno, con aparcamientos asfaltados para los vehículos, andén de nueva pavimentación y, sobre todo, limpieza. De su cuidado se encarga desde hace tiempo Pablo Santos, un jubilado que a cambio de utilizar algunas de las dependencias de la estación como residencia, es el responsable de abrir las puertas de madrugada y cerrarlas por la noche. "Así la gente que espera el tren no está a la intemperie y puede resguardarse a cubierto, porque a las siete de la mañana en invierno hace bastante frío por aquí", explicó.

Asimismo, Santos comentó que al día suelen coger el tren en esta estación una veintena de personas, lo que no está mal para una población de algo más de mil habitantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta cantidad se suele multiplicar durante los fines de semana.

Por otra parte, también el Ayuntamiento de Soneja es el encargado de realizar los trabajos de limpieza del edificio y para ello los servicios municipales se encargan de adecentar los locales una vez cada dos días.

El apeadero mantiene el uso del tren pese al escaso paso ( El Periódico Mediterraneo - 08/11/2007 )

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